Walter Lezcano, reconocido escritor y periodista correntino, aborda en sus poemas los desafíos y frustraciones de las personas que alquilan viviendas.
A través de sus versos, Lezcano reflexiona sobre la falta de estabilidad y la dificultad para alcanzar el sueño de tener una casa propia. Sus palabras capturan la angustia y la desesperanza de aquellos que anhelan un hogar estable.
En su poema “Mi vieja todavía no tiene casa”, Walter Lezcano retrata la realidad de su madre, quien continúa alquilando y siente que está desperdiciando su dinero en propiedades ajenas.
El autor expresa la frustración de su madre al no poder encontrar una vivienda propia, a pesar de haber buscado opciones como solicitar una casa del gobierno. A través de estas líneas, Lezcano refleja el deseo de una mujer por tener un lugar propio, soñando con ambientes cómodos, patios y techos de tejas.
Mi vieja todavía no tiene casa.
No es que viva en la calle
es que todavía no es dueña de ninguna de esas propiedades
que la gente llena de cosas inútiles
y les dice hogar.
Mi vieja alquila
y putea cada día de su vida
porque siente que tira la plata
que la desperdicia
que la regala.
Mi vieja estuvo averiguando
si el gobierno no le regala una casa
o al menos
le da un terreno
pero no tiene suerte con eso.
Mi vieja se muda cada dos o tres años.
A veces consigue casas lindas por poca guita
otras consigue casas que se caen a pedazos por poca guita
y a veces no consigue casa
y para en lo de alguna amiga.
Mi vieja sueña con su casa.
Creo que es lo único que la mantiene viva.
Cuando nos vemos me cuenta de dónde sería lindo vivir
de cómo organizaría los muebles
de cortinas hermosas cubriendo ventanales enormes
de ambientes cómodos
de patios y flores y techos de tejas.
Yo una vez escribí una novela
para mandarla a un concurso
que tenía como primer premio 50.000 pesos.
Me parecía que con eso le alcanzaría para cumplir
su sueño.
Pero la novela estaba muy mal escrita y no gané ni una mención.
Mi vieja sigue anhelando su casa.
Y yo lo único que pude hacer por eso es escribir un poema.
La poesía no sirve para nada.
A qué edad te fuiste de tu casa?
Yo me fui cuando tenía 17 años.
Desde entonces todos los meses pago mi libertad condicional.
Me gusta mucho ese epígrafe de un libro de Barthes: “La única pasión de mi vida ha sido el miedo”.
Ninguno de mis amigos es dueño de un techo.
Por momentos creo que es lo único que nos une.
Un cuento maravilloso es una persona que te cuenta que se compró una casa.
Si querés que te de un ACV andá a un banco y pedí que te expliquen qué necesitás para que te den un crédito hipotecario.
Cada vez que veo un cartel que dice “se vende” tengo la mala costumbre de llamar y preguntar el precio. Es mi propia manera de practicar sadomasoquismo.
Cuando nos suben el alquiler dejamos de tener sexo por un buen tiempo. Después vuelve todo a la normalidad. Parece una reconciliación.
Construir en el fondo o arriba de la casa de tus suegros tampoco es una opción. Hay una palabra que no sé qué significa: herencia. Peor es vivir con los padres.
En este poema titulado “¿A qué edad te fuiste de tu casa?”, el autor comparte su experiencia personal de haberse ido de su hogar a los 17 años. Desde entonces, ha estado pagando mensualmente su libertad condicional en forma de alquiler. Lezcano destaca que muchos de sus amigos también están en la misma situación, sin ser propietarios de un techo. Estas líneas transmiten la sensación de inestabilidad y el vínculo que comparten las personas que alquilan.
Los poemas de Walter Lezcano revelan las dificultades y frustraciones que enfrentan las personas que alquilan viviendas. Sus versos capturan la angustia, la esperanza y la falta de estabilidad que experimentan, así como también reflexionan sobre la importancia de tener un hogar propio. Estos poemas invitan a la reflexión sobre la problemática de la vivienda y la necesidad de buscar soluciones para garantizar un techo digno para todos.