Haití enfrenta una intervención internacional para controlar el caos de los últimos dos años. Las decisiones de Washington y sus socios han sido determinantes en la crisis actual.
El colapso de Haití es un drama con múltiples actos, y Estados Unidos ha sido un actor clave en cada uno de ellos. Desde el entrenamiento de mercenarios implicados en el asesinato del presidente Moïse hasta el apoyo incondicional a un primer ministro impopular, las decisiones de Washington han sembrado las semillas de la crisis actual.
Washington y sus socios han tomado decisiones claves que han pasado desapercibidas. Estas decisiones han llevado a la intervención militar como la única opción viable. El asesinato de Moïse marcó el inicio del caos actual. Ex soldados colombianos implicados en el asesinato recibieron entrenamiento militar estadounidense, lo que vincula a Washington indirectamente con el evento.
La vida cotidiana en Haití se ha convertido en una lucha por la supervivencia. Las bandas controlan vastas zonas del país, sembrando el terror y la desesperación entre la población.
El gobierno estadounidense y la comunidad internacional han apoyado al primer ministro en funciones, Ariel Henry. Henry, respaldado por Estados Unidos, ha pospuesto elecciones y se ha aferrado al poder sin mandato constitucional. Sus peticiones de intervención extranjera surgieron en respuesta al descontento popular por el anuncio de eliminar subsidios al combustible en 2022.
Las propuestas alternativas lideradas por haitianos para resolver la crisis política han sido ignoradas por Washington. Más de 650 organizaciones y personalidades haitianas apoyaron el Acuerdo de Montana en 2021, que proponía una transición democrática. Sin embargo, el gobierno estadounidense ha preferido apoyar a Henry, perpetuando el estado de anarquía.
El papel de Estados Unidos en la crisis se extiende a varias decisiones políticas del pasado. La eliminación del programa Petrocaribe de Venezuela, bajo sanciones de la administración de Donald Trump, contribuyó a la escasez de combustible en Haití. Esta escasez fue un factor clave en la decisión de Henry de aumentar los precios del combustible.
El actual brote de cólera también tiene huellas extranjeras. Introducido por fuerzas de paz de la ONU en 2010, el cólera es una de las razones por las cuales muchos haitianos se oponen a la intervención militar extranjera. Las fuerzas keniatas enviadas a Haití han sido acusadas de violaciones de derechos humanos, lo que aumenta la desconfianza en la intervención.
El ex embajador estadounidense en Haití, Daniel Foote, advirtió sobre los riesgos de la intervención. Foote, quien dimitió en protesta por la administración Biden, señaló que la intervención podría ser vista como un apoyo al gobierno de Henry, lo que podría aumentar la violencia contra las tropas internacionales.
Los grupos haitiano-americanos han instado a Joe Biden a retirar su apoyo a Henry para forzar negociaciones con la oposición política. La intervención actual en Haití es el resultado de una serie de decisiones políticas estadounidenses que han pasado desapercibidas. Este camino, pavimentado con decisiones poco conocidas, ha llevado a la intervención extranjera como la única solución viable.
La Juventud Haitiana, el Futuro en Juego
La juventud haitiana, que representa la mayor parte de la población, es la más afectada por la crisis. Miles de jóvenes han visto truncadas sus esperanzas y sueños debido a la violencia y la falta de oportunidades.