Leonardo Casco, el trabajador becado del hogar de ancianos, lleva su segundo días de huelga de hambre para exigir la regularización de su situación laboral y la de sus compañeros.
La drástica decisión surge como respuesta a la precarización y el insuficiente aumento de la beca, problemáticas que han persistido a pesar de reclamos anteriores.
Leo, respaldado por mensajes de apoyo en sus redes y palabras de aliento de la gente que cruza por las veredas del hogar de ancianos, se mantiene motivado en su lucha. La huelga de hambre se convierte en un acto simbólico que busca avanzar en la negociación y destrabar el conflicto laboral que afecta a los trabajadores.
La solidaridad se manifiesta en gestos de apoyo, tanto en línea como en las calles de Sarmiento, donde las palabras de aliento resuenan. Este respaldo fortalece la determinación de Leo, quien persiste en su búsqueda de condiciones laborales más justas para él y sus compañeros.
A medida que avanzan las negociaciones, se vislumbra la posibilidad de destrabar el conflicto. Sin embargo, Leo se mantiene firme en su postura y no descarta extender la huelga de hambre hasta tener certezas.
